21 de octubre de 2010

La cosa es que

Uno se mete en situaciones de auto boicot porque le está huyendo a lo que dice que tanto desea.
Y no es que se mienta, es que un pedacito de tu cabeza tiene guardado un freno de mano preventivo de desastres, porque no estás en condiciones de poder manejar mencionados deseos.
Y no se está preparado porque lo que se anhela responde a llenar necesidades, vacíos antiguos.


Cuando se busca entonces al relleno, el rellenador puede tomar ventaja de la situación y romperte el cántaro.
O bien va a preferir dejarlo sin siquiera ponerle una mano encima, que el suyo está es igual de falto de equilibrio y ¿quién quiere lidiar con la pobreza ajena?
Siempre es posible detectarlos a ambos, pero eso no implica que las tripas detengan sus impulsos. Y que la elección deje de ser intencional. Se elige para que no funcione.


Eso no implica tampoco que una versión sea mejor que la otra. Las dos son igual de dolorosas.
Entonces el problema es que no hay problema. La solución es nada más dejar de andar buscando y aprender a hacer agua de los limones del propio jardín.

Cuando eso pase se podrá compartir la limonada.


Ajá, pero los procesos son eternos. Y la soledad es cabrona.

15 de agosto de 2010

Sobre qué esperar de seguirme en Twitter.


Recientemente me topé con un post de un grande de la red (@wilw) y de Twitter de quien, admito públicamente, me he robado la idea. O más bien, me ha inspirado a rendirle tributo. Acá el link al buenísimo original para que se hagan fans como yo: http://tinyurl.com/bhvn2g

Para quienes no vayan a picarle arriba, esto es como bien indica el título, un manual/advertencia sobre qué esperar si me siguen en Twitter. Aunque no soy una celebridad ni nada similar (pero pronto,ya verán) sé que por alguna razón que no acabo de entender me hago de nuevos followers a veces y me pareció lo justo hacerles saber a qué le tiran. Igual así me evitan la pena de perderlos, que el unfollow me da una tristeza infinita.

Sin mayor preámbulo, ahora sí arranquemos:

#Overcapacity.
Twitteo un chingo. Pero en verdad, un chingo. Quien me conoce bien sabe que la boca no me para cuando estoy en confianza. Quien me conoce poco pensará que soy más bien callada, tímida, mamona o aburrida. La verdad es que soy un poco de todo eso y pienso un montón de necedades todo el día. Dependiendo del humor, les toca el tweet. Tengo un problema, gravísimo, me gusta mucho Twitter. Puede ser que me desaparezca algunos días de vez en vez, pero es más bien raro. Además me levanto muy temprano y me duermo muy tarde, tengo un telefonito inteligente y paso muchas horas despierta.

#FuckFollowback. Aunque procuro responder a todos los tweets que me dirigen, no creo en el followback, más bien estoy completamente en contra de tan imbécil iniciativa. La maravilla de Twitter es que uno no tiene la obligación como en otras redes sociales de enterarse de lo que hace el otro si no quiere. Apoyo ese derecho y defiendo el mío. Cuando sigo de vuelta es porque seguro me asomé a leerles y me gustó lo que vi. Si no, es que igual pasó lo mismo y aunque me cayeran bien twittean sobre temas que no conozco y no pretendo intentar conocer tampoco (e.g. videojuegos. No sé nada y me da exactamente lo mismo, de niña ni Nintendo tuve, figúrense) o que pues no me gusto su TL, ni pedo. En otros casos simplemente no me he asomado o no me he dado cuenta que no los sigo aunque me caigan bien a la distancia. Pero no lo pidan y no lo esperen.

#Rants. Soy una intensa. De la ecología, de la moda, el diseño, la escritura, el acontecer nacional y la música. Soy una quijica de cómo la gente contamina cabronsísimo, no cuida a los animales (soy vegetariana además) y despotrico contra el tráfico, las culeras mujeres (cuando son culeras) los huevones diputados... Posteo pedazos de mi libro en turno, comparto los personajes que encuentro en el camino y les comparto mi playlist en Grooveshark de vez en vez. Canto sin previo aviso.

#SinArrobas. Soy una emocional. Cuando estoy contenta lo manifiesto, pero si ando con el ego herido, triste o con el corazón roto se van a dar cuenta. Mando indirectas furiosas a veces, pero si no son mi (ex) enamorado en turno, no pelen. Si no pueden con eso o les da hueva que no esté de buenas, les voy a caer fatal. Advertidos.

#&%$/*. Soy una malhablada carretonero albañil DE LO PEOR. Hablo con un chingo (y también escribo, como podrán constatar) de groserías siempre y no creo que eso sea “falta de vocabulario”. Al contrario, creo que las malas palabras bien utilizadas son mágicas y divertidísimas. Si se ofenden les recomiendo que no se quemen la conciencia con mis tremendas peladeces.

#O_O. No creo en Dios, me gusta la marihuana, I drink and tweet, defiendo el aborto, la legalización de los matrimonios y adopciones por parte de parejas del mismo sexo, soy pro indígenas, anti panista y detesto a su presidente Calderon. Soy medio feminista y muchas de mis amistades son iguales que yo (y los RTeo constantemente). Respeto mucho las opiniones del resto (no trolleo) pero habrá veces que igual responda a algo en lo que no creo. Si son intolerantes a cualquiera de mis posturas, no hagan corajinas y no me sigan.

#Bienvenido/Welcome Como habrán visto en esta entrada soy una pocha. No real, pero mezclo los dos idiomas siempre. Cuando hablo, en vivo, también lo hago, no solo en lo virtual. No lo puedo evitar, crecí en mi casa hablando inglés todo el tiempo por la obsesión de mi madre de que lo hiciera bien y desde entonces así es la cosa. Hay quienes no lo soportan, lo entiendo, pero también habrá quienes lo encuentren sumamente entretenido.

Ahora sí, estimados, están advertidos sobre lo que les espera de seguir a @LaSeductra: pura diversión, sarcasmos, cánticos y risas, pero también intensidades y muchos, muchos tweets.

Bienvenidos (o no).
Me.

28 de julio de 2010

25


El 25 pasado cumplí 25 años y nunca va a volver a pasar mencionada y preciosa coincidencia. Too bad. Uno pocas veces aprecia las curiosidades a su alrededor hasta que son recuerdos. Antiguos recuerdos. Por eso está tan bueno tener un blog. (Recuérdenme esta entrada en una década).

Resulta que en estos mis 25 los horóscopos prometen nueva estabilidad económica y nuevos bríos románticos. Si cualquier de los dos no ocurre, nuevas oportunidades laborales. A ver cuál de todos o ninguno se cumple.

Resulta también, que aterricé en esta edad un poco en crisis, pero poco a poco me aliviano. Me dijo un viejo conocido hace unos días, que siempre me ve igual. Siempre sufriendo y quejándome de algo. Cuando en realidad, viendo hacia atrás mi vida no era tan mala cuando aquél y yo éramos más cercanos. Lo cual valida su teoría absolutamente. Entonces la solución es dejar de quejarse y provocarme alegrías de las cuales namás yo soy responsable.

Toda la anterior reflexión desembocó en la puesta en práctica del consejo brindado por una inteligente mujer, quien sugirió que hiciera todo lo que no hice antes en este año. Así no van a haber arrepentimientos por falta de actividad… más bien por actividad de sobra.

Para empezar tan bonita empresa, e inspirada de nuevo en un estrellita de otras plataformas, he pensado que pesar de ser muy joven para muchos, soy una ruca para otros y a pesar de que mi vida es todo menos un modelo a seguir (y qué hueva ser role model anyway) a lo largo de los años me he caracterizado por dar buenos consejos en mis destellos de genialidad y experiencia. ¿Por qué no compartirlos con el mundo y de paso recordármelos for future reference?

He agrupado seis de ellos a continuación que espero les hagan bien.

1. Recuerda la primera impresión, la inmediata que tengas sobre quien sea cuando l@ conoces. Todo lo que percibes lo haces sin juicios, sólo lo absorbes. Con el tiempo, cuando el o ella se de a conocer mejor, es posible que tu opinión inicial cambie, pero siempre, siempre va a haber un momento en el que te den la razón. Recuerda esa primera impresión para que no te tomen por sorpresa (o para no olvidar sus maravillas).

2. Mientras más te columpinas, más la cola se te ve. Hablar de más, y hablar mentiras te pone mucho más en evidencia de lo que crees. Cuando la gente pretende ser alguien que no es, se nota inmediatamente. Además, las personas misteriosas son mucho más interesantes que las que no dejan nada a la imaginación.

3. En boca cerrada no entran moscas. No seas chismoso. Se ve mal. Y está mal. Querer saber demasiado de otras personas, implica que tu vida es aburrida y por eso te es tan interesante saber qué es de los demás. Peor aún (lo peor) ser gossip central. Que la gente sepa que tú sabes. Esto se junta con algo aún más importante: do not badmouth people (ni causas, posturas políticas, etc. al menos cuando los demás no son de plena confianza). It’ll come back to bite you in the ass. Además, el mundo es tan, pero tan, tan pequeño, que nunca sabes las consecuencias de tus palabras. ¿Qué tal que empiezas a despotricar contra el novio/ hermano/ mejor amigo de tu interlocutor sin saberlo?

4. La tercera es la vencida. Para todo. Puede ser una chamba, un libro, un escrito, o un amor. La onda es que cuando algo “no jala” (el libro no te gusta, la chamba que quieres no amarra, lo que escribes no tiene forma) habrá que ponerle todo el empeño, concentración, corazón y dedicación a lo que se hace, hasta cierto punto. Con tres límites que cada quién sabe cuándo y cómo son. Si después de darlo todo no funciona, o no te hace feliz, déjalo, es lo mejor. Pero que por ti no quede, nada peor que vivir con culpas y "what ifs".

5. Carga siempre con un cepillo de dientes y un libro. Nunca sabes qué vas a comer, o si vas a dormir fuera de casa. Y nada más desagradable que el mal aliento (malos olores en general, pero el aliento es el PEOR). Si lo anterior no te es posible, o comprarte unos chicles tampoco, entonces toma mucha agua y mantén una sana distancia entre tu cara y la de los demás. Del libro, uno nunca sabe cuándo va a necesitar leer algo por tiempos de espera, de traslado o de aburrimiento. Son buenos amigos, y así uno siempre tiene cariñito cerca y cada vez más.
6. Keep it together. No eres tan inteligente, guapo, encantador, inolvidable, culto, creativo, misterioso y único como te gusta pensar. La arrogancia es horrible. Tampoco te vayas del otro lado, el self-loathing es absolutamente indeseable. La cosa es que mencionados extremos son igual de desagradables, ser demsiado pagado de ti mismo no es mejor que tener baja autoestima.

Me voy. Feliz cumpleaños a los demás que cumplieron o van a cumplir cerca de mi preciosos 25.

17 de julio de 2010

The Carrie Complex


Soy una fanática más de las miles alrededor del mundo que perdonaron una muy mala película (bueno dos) gracias a la enorme necesidad de ver finales felices en haute couture. Soy de las que tiene todas las temporadas y las han visto más de una vez. Las que se saben el nombre y descripción de todos los novios de Carrie Bradshaw. Si, igual que tantas amo Sex and the City. Y juré por años que mi vida algún día sería tan exquisita y glamorosa como la de la rubia.

La razón por la cual tantas mujeres jóvenes aman la serie es porque funciona como un "espejo" de las relaciones amorosas que hemos sostenido en nuestras vidas. O al menos esa es la excusa, pero en realidad, it's bullshit. The 20 something set éramos mucho más pequeñas cuando SATC se transmitía. Teníamos relaciones de adolescentes. La vida era mucho, mucho, mucho más sencilla entonces. Lo que no queremos admitirnos es que SATC nos funcionó como una telenovela para señoras, señoras chidas none the less. Las mujeres mayores y sofisticadas creíamos la veían y nosotras queríamos ser tal cual.
Ahora, medio lo somos. Por eso amamos tanto los tacones altos y los tocados, los vestidos, el pelo en ondas, las revistas de moda y desde luego, Nueva York (visualmente y style wise todo el mundo debe admitir que la serie es un manjar).

Entonces, los años pasan y NYC se ve más lejano. Y el closet que ibas a tener retacado de Jimmy Choos. Lo único que queda es la mejor parte de la serie, misma que no puede valorarse cuando una tiene 19 años y anda toda destanteada tropezándose con la vida. Enter, the d(m)ating game.

Esa es la mejor parte. Porque así funcionan las cosas de cierta manera. Quitándole el glitz, el asunto de datear es todo un tema. Hay que ser siempre uno mismo pero igual y ese uno le es absolutamente desagradable al que le encantaste de primera impresión entre copas. O hay que intentar ser la mejor versión de uno mismo, pero corremos el riesgo de que nos cachen y todo se vaya al carajo. Vas a encontrarte con tipos malos, buenos, demasiado buenos, inteligentes, idiotas, patanes, inocentes, aburridos, divertidísimos, comprometidos e irresponsables. Vas a conocer también a personajazos que engloben todos esos adjetivos y muchos más. Con algunos la vas a pasar bien por tres citas y luego te van a dar hueva, repele o algo. Con otros la vas a pasar bien por tres citas y luego les vas a dar hueva, repele o algo.

Algunas relaciones te van a durar un mes. Y se van a sentir como si hubieran sido años. Otras te van a durar cinco y se van a sentir como tres días. En algunas vas a dejar el corazón y en otras no. Corres el riesgo del “he’s not that into you” y llorar y llorar con el ego destruido. Al contrario, puedes también ser responsable del sufrimiento de otro y cargar con la culpa de ser “la mala”.

Entonces es que las emociones van como montaña rusa, con descansos en los que no se siente nada. Y así es el juego. No hay más. Tu noviecito de prepa es una caricia comparado con lo que se viene. You had really, no idea. Now you just might.
También puede ser que tengas la enorme suerte de encontrarte con tu pareja ideal desde ahora y no vas a tener estos problemas propios de la soltería. Si es así, felicidades. Disfruta de los placeres que te esperan. Aunque then again ¿Quién quiere terminar su jugada tan pronto? No todos.

Porque la verdad es que ser solter0 es un lujo. Es comodísimo. Es el mejor estado en que se puede estar si se habla de funcionalidad. Porque eres libre de hacer lo que se te antoje todo el tiempo sin rendir cuentas, sin deber explicaciones, sin pensar dos veces en los sentimientos de alguien más. No hay que "caerle bien" a los amigos de nadie ni hacer esfuerzos sobre humanos para otros. Tienes la opción de elegir al que te guste más. Salir, besar, tirarte y demás a quien quieras, no strings attached. Vives solamente para ti y let’s face it, el egoísmo es fantástico.

Pero si, en medio de mencionado pasatiempo tan entretenido con cada uno de los participantes, aunque sea por un momento, piensas en la posibilidad de estar. Estar exclusivamente, para largo, bonito y de cerquita (como dijeran unos lindos ojos) gracias a que te enamores. Todos queremos enamorarnos. Sin falta. No, no es "buscar marido" es amar a alguien. Sentir es el mejor estado para el alma.

El embrollo viene cuando ambos deseos se cruzan. Porque qué chido querer (y qué inevitable) pero qué miedo por lo pesado que es. Las relaciones implican tantísimo trabajo que ufff....qué pereza. Entonces mejor seguir en el dating game y pasarla de puta madre como lo hace Samantha con sus miles de amantes. Porque además de la hueva, ¿qué tal que te rompen la madre? Triple coñazo recuperarse.

Si, "Sex and the City es un engaña viejas que vende fantasías y es absolutamente irreal y de un feminismo falso y bla, bla, bla". Pero en eso, por imbécil que suene, si tenía un poco de razón. Las aventuras de la chaparrita fashionista con el pacheco treintón que vive con sus papás, con prince charming hace muebles, con el deliciosamente esquivo Mr. Big, con el frustrado y competitivo escritor…todas son plausibles. Y sus reacciones comunes, comprensibles.

Igual y toda mi teoría es una estupidez y lo que pasa es que Candace Bushnell nos creó el Carrie complex y por eso somos ahora unas locas idiotas con estándares absurdamente altos y complicadas a propósito (Además, unas putas, seguro piensan muchos). En realidad conocer gente es mucho más simple y no hay un pedo. True love is out there y hay que dejar de analizarlo.

Tal vez, pero de cualquier manera creo que hay que reconciliarse con Sex and the City. Así es la onda más o menos. ¿Y qué si te la sugarcoatean con ropa hermosa, departamentos perfectos, trabajos increíbles y hombres guapos? Fuck it. Us girls love pretty things. Tampoco es tan grave.

P.D. El Carrie complex de esta Seductra es que mi trabajo ideal sería sin duda tener una columna y todo. Y si, por eso empecé el blog. Y si, por eso escribí esta entrada y tantas otras. No reminder needed.

13 de julio de 2010

The Gents


Qué difícil ser hombre. Qué fácil a veces también. Pero qué complicado crecer siendo uno, formarse como uno. Los hombres aprenden a serlo educados por distintas influencias, traumas, ejemplos, visuales, recuerdos y héroes. Y van conformando su identidad etapa por etapa, un hombre no es siempre el mismo. Por eso el recuerdo de tu antiguo amigo, ex novio/esposo, padre, hermano nunca va a ser del todo real. El que es ahora no es el que fue contigo. No completamente. Cada momento decisivo es un constante enfrentamiento con todo lo que aprendiste que debías ser, lo que ahora eres y lo que deseas ser después.

Cada etapa entonces, tiene sus respectivos contratiempos. O al menos eso siempre he pensado ante la fantasía de ser hombre por un día, o por toda una vida. Me pregunto a veces qué tan similar sería mi personalidad y concepto de los otros de no tener que usar brassiere. ¿Sería más preocupado de mi aspecto o menos? ¿Sería popular o encantador? ¿Un casanova? ¿Un perdedor? ¿Sería todas las inseguridades con las que cargo sin la encantadora ventaja de ser una chica bonita? De conocerme ¿me interesaría en un hombre como yo?

Por mucho que uno invierta neuronas en el asunto, nunca podremos saberlo (afortunadamente). No hay respuesta correcta. Sólo existe la posibilidad de volver a escenarios comunes con los que conocemos del otro sexo e imaginarnos sus reacciones de haber ellos andado en nuestros zapatos, o de nuestra reacción de haber sido aquellos. Es por eso que digo, qué difícil ser hombre.

Un niño tiene mayores probabilidades de ser molestado sin compasión por el resto cuando llega a una nueva escuela. Las niñas son también torturadas, pero siempre existen ciertos límites que no se rebasan en su caso. Si bien una pobrecita puede ser humillada hasta las lágrimas por las dolorosas palabras de sus congéneres, un niño puede pasar por igual escenario, pero no “puede” llorar (or else). Además, se le suma la amenaza constante de ser golpeado, su cabeza hundida en excusados, calzón chino aplicado y un largo, largo etcétera.

Para evitar la escena antes descrita, los niños aprenden desde chicos a ser unos hijosputa. Muy carismáticos seguro, pero pocos son los casos (creo yo) en el que aquél que la lleva bien con todos, no se busca problemas. Esos son sin duda los más charming de los sapos que una se encuentra graduados. Pero son los menos. Y lo son, por que la tentación de supervivencia a costillas del underdog es muy grande. Por presión y por sencilla. En etapa de estudiante, qué difícil ser hombre.

Porque hay que ser encantador, divertido, atractivo, cabrón, que no se raje, inteligente etc. Si no, hay viaje directo al peldaño más bajo de la escalera social (y las torturas que conlleva). Qué miedo.

Pasado lo cual, la vida se aliviana un poco, aunque en realidad creo que la etapa infantil no es más que un foreshadow de la vida adulta. El mismo teatrito se repite y la presión nunca se acaba. Todo el mundo se comporta como lo hizo de niño o como lo trataron de niño. La distinción es que somos menos directos y más sutiles. Al final la putada es la misma. Y la presión de ser un tipo respetable también. Sobretodo teniendo en cuenta, la necesidad de competencia masculina tan grande e inevitable. Los hombres compiten como forma de vida.

Empiezan de chicos y continúan de grandes. Lo que fuera ser el mejor jugando videojuegos termina por ser el que tiene el cheque más grande. El mejor portero compite contra el más galán de la banda, o el más conocedor, el más informado, el que mayores argumentos tenga para defender a su equipo de fut. Y así en la oficina y en el café, en las fiestas, los negocios, las vacaciones, la televisión. Todo. Igualito que las competencias de medirse el pene durante la pubertad.

Por eso, por ejemplo, los hombres son unos patanes con las chicas a veces. Porque ser patán te hace más hombre, opinan algunos. El ganador de la competencia de who gets more pussy. Y siempre será más cómodo tomar el atajo a la (supuesta) hombría. Además, eventualmente un historial de conquistas rotas, seguro te levantan la autoestima. Entonces hasta el mejor tipo puede sucumbir y no es enteramente su culpa, el corazón se enfría con el tiempo y la costumbre.


Conclusión. Aunque a veces quisiera haber sido uno de ustedes, a veces agradezco no serlo. Si bien tienen muchas, muchísimas ventajas sobre una (mismas que son perpetuadas incluso por las mismas viejas) nosotras las tenemos también a la inversa. No sé si hubiera podida lidiar con sus obstáculos y acabar bien parada (o). Chicos del mundo, sé que se hace lo que puede.


P.D. Si, las mujeres también somos unas culeras, competitivas del terror, pero saben a lo que me refiero en las líneas de arriba...

4 de julio de 2010

Ladies:

Stop wasting your time. It's not out there.
Sow your brain, not your imagination.
Keep your eyes open, do not even blink.
Never believe. Others' words can always be lies.
Speech does not equal promise.
Waiting rooms are not suitable spaces.
Crafts are good friends.
Have an agenda for suffering. Respect it.
Stop depending on make-up. Any kind.
Answer back.
Thinking is not always the best choice.
Over doing pleasure isn't either.
Listen to sad songs. You're allowed.
Good news is spoiled if told. Hush.
When in doubt, take a shower.
Drive.
Don't look down for comfort.
Drink wine and tea.
Build your memories around the same neighborhood. That way only one place in the city will hurt.
Smile to strangers…some of them at least.
Your literature baggage cannot be composed of love stories exclusively.
If you’ve got nothing to say, keep quiet.
Know when to finish everything you start.

20 de junio de 2010

Hablando de mujeres y traiciones

El pobrecito y traicionado Hamlet que tan mal le caía a la banda.
Platicando con una maravillosa mujer hace unos minutos, me puse a pensar algo de lo cual ella tuvo la primicia, pero me pareció importante transmitirles a ustedes queridos lectores.
Hay ciertas cosas en la vida que todos sabemos, pero no nos gusta pensarlas. Una de ellas es tener consciencia de a cuánta gente le caemos mal, no coincide con nuestras opiniones o hasta nos odia. Queremos pensar que no son los más, y nos esforzamos todos los días en ser los más amables que nuestra personalidad permita para que el mundo nos sonría y le simpaticemos. Muchos lo logran, y por eso son muy populares y amados entre sus innumerables círculos sociales. Sin embargo, eso no implica que se salven de ser malqueridos por alguien.
Y es que la realidad es que probablemente le caigas mal a mucha más gente de la que te imaginas. Tienes posiblemente una cifra hasta cercana de enemigos a tu número de amistades/conocidos/buenas ondas. Ni modo. Así funciona el mundo.
Es inevitable caerle mal a los demás, porque todos somos una mezcla de experiencias, traumas, amores y desamores que nos hacen bien distintos unos entre los otros. Por mucho que gustemos (o no podamos evitar) meter en cajitas a la gente para saber cómo relacionarnos con ellos, al final los empaques resultan medio obsoletos. Nadie embona completamente en ninguna etiqueta (aunque algunos se acerquen más a hacerlo que otros, sin duda). Por ende, es bien difícil embonar con mayorías.
No nos gusta pensar en todo lo anterior, porque eso conlleva también que es bien difícil identificar a quién le caemos mal. A menos de que haya una confrontación o una franca mala vibra entre dos personas o un grupo en general, puedes estar rodeado de gente que te sonríe hipócritamente para criticarte a tus espaldas. O puedes tener maravillosos amigos que aunque te adoren, te critiquen de todas maneras. Todos tenemos una opinión del resto y no nos la callamos. Hablar “mal” del otro no significa que no lo quieras.
Como consecuencia, vivimos con la constante amenaza de la traición. Puedes trabajar con un grupo de gente en la que confías y que de pronto de agarren por sorpresa y te jueguen chueco. Los motivos de mencionado juego sucio pueden deberse a una enemistad bien larga que no pudiste ver nunca y que fue planeada maquiavélicamente. También puede responder a un desencuentro/discusión/corajina llevada muy lejos o bien puede ser resultado de un cague sin mala intención.
Por eso es la amenaza tan aterradora. Por sorpresiva, porque uno no puede hacer nada para evitarla. O si. Y eso es lo que uno debe pensar cuando se malviaja por estas cuestiones. La mala vibra se siente, se huele. Uno se puede dar cuenta gracias a muchas situaciones en quién se puede confiar y en quién no (y tener en cuenta que no se puede confiar en nadie e ir con un poquito de cuidado por la vida). Además, los buenos actores no se encuentran por montones en el mundo, son muy pocos los que te van a engatusar y hacerte cosas horribles. Ni tu eres un monstruo que merezca espantosas venganzas, ni el mundo está lleno de psicópatas. Chill. Por último, pocos son los que acostumbran estar incómodos y forzarse a fingir. Si le cagas a la gente te vas a dar cuenta, a nadie le eres tan importante.
Conclusión. No puedes evitar el peligro. No puedes caerles bien a todos. Pero tampoco eres un idiota falto de toda sensibilidad que esté completamente vulnerable al daño de los demás. Al menos si no eres una persona demasiado “conveniente” de relacionarse o un mueble absoluto sin fibras.
Después de leer esta bella entrada, deja de pensar en el asunto. It’s not worth it. Lo único que puede provocar es que la paranoia nuble tu juicio y te vuelvas más loco de lo que ya estás.
Un beso despreocupado.
Bye.

9 de junio de 2010

Cinco cosas que creo.


Hace más de dos semanas que no vengo a pararme acá. Y es que he estado muy ocupada, me dieron un golpe bajo en mi writersteme y no he tenido de esos momentos de iluminación
tan bonitos que me ponen contenta.
No es como que las cosas sean muy diferentes del panorama antes descrito y el actual, pero voy a hacer el intento de escribirme algo que tenga medio un poco de sentido.

A continuación (como bien dice el título) están cinco cosas que creo.

1. La gordura está mal. Punto. Uno no debe ser gordo. Una cosa es tener unos kilitos de más que vienen y van y no ocasionan mayor problema y otro muy distinto es ser GORDO. Ser del último corte implica innumerables broncas de salud, como ya todo ser humano medianamente conectado al mundo de los vivos sabe. Pero además produce muchas broncas de salud, pero mental. No hay gordos felices. Quien diga que lo es está mintiendo. La gente con sobrepeso considerable se aisla, hace bromas de su aspecto para sobre llevarla, tiene pocas parejas, no es muy atlético, etc. etc. Todo gordo que ahora es delgado diría lo mismo que yo.

Además, ser gordo (muy gordo) le ocasiona problemas a los demás. Si te toca al lado de un gordote en el camión, avión o cualquier otro lugar en que uno tiene que estar hombro con hombro con alguien más, invariablemente el flaco va a estar más incómodo. Si un gordotote se enferma gracias a su gordura, la familia de aquél tiene que lidiar con eso.

Existe una cultura de la tolerancia (sin duda, toleremos a todos) mal entendida en este caso. Protestas en contra de aerolíneas por no querer modificar su diseño para que quepan gordos por ejemplo. No. No señores. El sobrepeso en un avión es peligroso. Y además, no es como que la señor o señora gordos hayan nacido con eso, que tengan una discapacidad. La gordura no es una discapacidad, es una decisión. La decisión del abandono corporal. Del descontrol. Cerrando el hocico y aguantándose los antojos se resuelve. It's wrong. Bendito Dios por la regulación de junk food fuera de la escuelas.

2. La represión es el mayor mal de la humanidad. Si bien las reglas son necesarias, creo firmemente que mientras el otro no haga daño a nadie es injusto reprimirlo. Si eres brujo, poeta y loco y tu único daño es ser sumamente annoying para el pueblo, ni modo, nos aguantamos, no vamos a reprimirte. Eso se lleva a todas las esferas. Que los Israelíes no repriman (sometan) a los Palestinos. Que los gringos no repriman (bloqueen) a los Cubanos. Que los maridos no repriman a sus mujeres. Live and let live. Simple.

3. No "necesitamos" creer en algo. Nos es inevitable. La espiritualidad es concebida por muchos como creer en el destino, un Dios, en ti mismo y ponerse de cabeza, rezar, cantar y aplaudir, meditar etc. Creo que si bien esa es una manera de manifestar la espiritualidad, no es la única. Creer es algo inherente. Crees en el poder de la belleza y en los cánones sociales del buen comportamiento por ejemplo. No es que te esfuerces, es sólo que lo pones en práctica. Yo por ejemplo, creo en la suerte. No hay destino. Sólo hay suerte. La vida es un juego probabilidades. No hay nada escrito.

4. Todo lo que eres es culpa de tu padres. Si, de lo que viviste de niño y vives ahora bla, bla, bla, pero en realidad, es culpa de tus papás. Tus traumas, tus relaciones sociales, tus decisiones laborales, amorosas, tu autoestima, esquema de valores; todo proviene de cómo te criaron el par (porque hasta la ausencia es parenthood). Por eso muchos de nosotros cuando somos más grandes, nos buscamos un loquero que nos encuentra el hilo negro y entendemos por fin que cuando tu padre dejó de cargarte a los 12 fue porque te habían salido las chichis y eso le causó a aquel un conflicto porque no sabe lidiar contigo ahora que eres mujer y entonces por eso tus relaciones con hombres son desastrozas (sound familiar?).

Pero es justamente cuando se tiene esa consciencia que es deber de cada quien tomar responsabilidad de nuestras acciones y nuestra vida. Si ya estás consciente de porqué lo haces, deja de hacerlo, deja de justificarte con el "pobrecito de mi, me traumaron mis jefes". Take responsability. Ser un hijoputa ya no tiene perdón.

Eso conlleva a su vez, perdonar a tus pobre jefes (en algunos casos, no todos los padres merecen perdón) y adecuarte a ellos. They're old. You're not. Te toca a ti moldearte y dejarlos ser, porque ellos ya te dejaron a ti. Ya terminaron de criarte y sólo les queda confiar en que hicieron un trabajo más o menos decente y las decisiones que ahora tomes no van a ser tan pendejas o al menos no van a ser letales. Si tu mamá hornea un montón de panes para entretenerse y no pelearse con tu papá mientras el apuesta con sus amigotes los domingos, déjalos. It's their marriage, es su pedo. No el tuyo. Ya tendrás tus propios desmadres para volverte loco. Y tal vez tus propios hijos que van a mentarte la madre en sus respectivas terapias.

5. La gente que ama a los animales y la que los odia no puede convivir. Aunque en este mundo es todo posible, opposites attract, y hasta judíos y palestinos niños puedan ser amigos, mencionada relación es imposible. Nunca te cases con una vieja loca que odia los pelos y patea perros. O nunca te cases (o andes o whatever) con una vieja loca que le da besos a sus gatos en la boca y que todos sus abrigos están mordidos, babeados y llenos de pelo. La única esperanza es que el odia animales cambie de opinión, pero en muchas ocasiones es pura hipocresía. No quisiera tener la angustia de pensar que mientras no estoy el otro anda pateando a mis hijos de cuatro patas. Y les va a pasar. So really, don't go there.

¿Qué piensan ustedes?

16 de mayo de 2010

Del Jefe

Sé que es un gran, gran hijo de puta. Es un magnate de dinero sucio, manipulador, corruptísimo, abusivo, tramposo, mareador, ladrón. Es un cabrón de mierda. Grandes ligas del scum político mexicano. Hípócrita dos caras.

A todo eso les voy a dar siempre la razón.

Pero la neta es que me simpatiza un chingo. Para ser un hijoputa de ese calibre se necesita un montón de cinismo, de huevos y de carisma. Y los tres los tiene de sobra. Además es un excelente orador, te convence de todas el muy charlatán. Tiene mucho estilo, la neta. Es un villano bien chido.

Malo, malísimo con su barbota de parodia, sus ojos bonitos y EL puro. Todo guapo siempre con sus trajes preciosos y su lengua larga. Porque además es un revoltoso y argüendero gracias a su excesiva vanidad y porque le encanta salir en la tele.

Me cae bien de cierta manera. Siempre me ha caído bien. Es un listillo. Inteligentísimo el tipo. Lástima que el muy perverso sólo lo use para sí.
Point is, que ojalá el Jefe Diego haya armado su propio "secuestro" para llamar la atención como le gusta. Serían buenas risas. A ver si en lugar de eso no aparece muerto.
Chale.

10 de mayo de 2010

Adam Carolla on reproduction

Gracias a mi amiguito el gringo Drew, me he vuelto fan de este señor. Está largo, pero lo vale. He's always, fucking right.

9 de mayo de 2010

Alerta.

Upcoming: LONG post.

Girls, girls, girls.

Miren, cuando era buena.


Siempre he tenido grandes conflictos para relacionarme con mujeres. Finalmente empiezo a entender porqué. Vivo rodeada por ellas. Mi familia es un matriarcado clarísimo y los pocos hombres que hay no hacen mucha diferencia. Padre ausente, tíos fracasados, primos desentendidos. Abuela jefa, madre dulcísima, tías excéntricas, primas habladoras. Simple.

El motivo de sus comportamientos se debe, además de la sobre carga de estrógeno (y sin duda las personalidades de cada quién) a una sola persona, la abuela. Mi abuela (no la de relatos pasados, sino la que compartió el marido con ella y explicaré en otro momento) siempre me trató como tal aunque la sangre no nos une. Es una persona excelente. Es la más ejemplar de todo el círculo aunque les cueste aceptarlo a las otras. Es guapísima, se rodea de amistades fabulosas, disfruta de su life of leisure pero trabaja un chingo y es bien exitosa, se viste re bien, tiene pelo perfecto y cocina sin sal. Es muy sana y muy chistosa y opinionated. Es bien justa y bien franca y bien cabrona también. Mala madre redimida, gran escucha, sumamente letrada, pilar de todos y misterio indescifrable.

La abuela entonces le provoca al resto una serie de sentimientos encontrados. Relación amor/odio tal cual. Porque le tienen muchos corajes añejos, pero la verdad es que siempre quisieron llenar su expectativa (todas menos mi jefa, pero eso no es tan interesante). Y no se dan cuenta de que no es necesario. La abuela tiene estándares bien altos, pero nos quiere tanto a todas que están rebasados por el hecho propio de la existencia. No tenemos que ganarnos nada. Y ese seguramente sería el argumento de las féminas (stepdaughters, nietas, cuñadas, hermanas, hijas etc.) de la familia, quienes aseguran que no tienen que demostrarle nada a nadie y menos a ella. Pero bien que se esfuerzan por dejar bien claro que son una chingonas. Y son más chingonas que la de al lado por supuesto. Entonces empiezan las carreritas por la atención y reconocimiento de la abuela, mismo que no van admitir jamás.

Lo anterior puede resultar sumamente entretenido si uno es mirón. O si uno es mi abuela, a la que le da mucha risa todo lo que sucede cuando nos reunimos. She’s above all of us. El pedo es que no soy la abuela, y tampoco soy audiencia. I’m one of them.

No tengo el mismo problema con ella. Pero sí heredé las mismas tenebras propias de las mujeres que la rodean. Las mujeres Nieto (y las Escobar también, but that’s a whole other story) pensamos que somos bellísimas antes que ninguna otra cosa. Tenemos mucho estilo y carisma. Somos brillantes y talentosas para todos los ramos profesionales, pero como gozamos de gran sensibilidad somos artistoidas y forevers clavadas con las plantas, la buena alimentación, el yoga y demás. Además leemos un chingo y escribimos todas de puta madre. Tenemos una opinión para absolutamente todo que está perfectamente fundamentada y siempre tenemos la razón. Estamos orgullosas de pertenecer al clan, pero sin duda, somos la mejor de él. Un poco todo lo que es la abuela ¿ven el patrón?

Por eso competimos tanto. Y cuando nos vemos las pláticas se convierten en un gallinero. Nadie espera su turno para hablar (más que algunos decentes) entonces todas hablan a la vez. Puedes entrarle y acabar en griterío o quedarte callada para sacarte un comentario “mordaz” que le va a dar en la madre a todos según tú.

Mis mujeres esperan que a su arribo todos celebren y las llenen de cariñitos y cumplidos, mismos que no devuelven y si lo hacen es por pura estrategia. They’re bitches, basically. Pero en su defensa, son unas intensotas que viven por y para el amor y sufren desgarradoramente por múltiples motivos irresolubles. Y les duele tanto aparte porque pendejas no son. La gente inteligente sufre más, decimos todos.

Ellas me enseñaron a ser mujer. No persona, MUJER. Me es inevitable ser una competitiva enferma. Ver en todas las mujeres al enemigo. Porque a las Nieto no nos gusta que nos demuestren que no somos las criaturas más perfectas que han pisado la Tierra. Y si otra mujer resulta ser más lista, más experta en algo, más bonita o más lo que sea, nos negamos a admitírselo. Está descalificada inmediatamente. Es una idiota y si no, es una perra, pero casi siempre es una perra idiota. We hate women.

Sin embargo, si tenemos amigas. Y buenas amigas. La abuela tiene a las Escorpionas (si, todas son escorpionas gigantes, con todo lo que implica) las tías a sus amigas de toda la vida incluyendo adoradas roommates, mi madre su variado catálogo, y yo el mío.

Uno que me costó mucho trabajo hacerme porque dado todo el trauma antes explicado, se me complica aproximarme a las mujeres, confiarles, caerles bien. Me intimidan. Sólo por ser mujeres. Porque sé que son bien listas y culeras y todas las cosas horribles que se pueden ser. Pero además porque me recuerdan que igual no soy tan maravillosa como me gusta pensar, o más bien, a que tengo que aprender a compartir el escenario. Y eso si bien recuerdan, en mi casa nomás no pasa. Entonces descalifico para que no me descalifiquen de vuelta. Y la gente no tiene la paciencia de aguantarse esas cosas. Qué hueva también.

Por eso agradezco tanto estar rodeada de mis amigas que me doy cuenta, no son tan pocas. Pero todas son personajes, personajazos. Guapas, guapísimas (me gusta rodearme de gente bonita) muy inteligentes, exitosas, chistosas, estables, loquérrimas, rubias, morenas, pelirrojas, inmaduras, chambeadoras y de todo un poco. Me quieren. Y yo las quiero mucho in return. Y hasta les digo cumplidos sin estrategias. No tenemos hielo que romper.

Desafortunadamente las viejas de mi corazón no van a estar presentes en el peor día del año que es mañana. I’m stuck with the other crazies. Ni modo, creo que poquito a poco me vuelvo más mirona y menos protagonista. Me gusta el punto medio. Me gusta ser la mujer complicadísima, fascinante y horrible que me enseñaron a ser también. La sal que le falta a la comida de la abuela la tenemos todas repartida en la sangre. Salerosas que somos.

En fin. Happy Mothers Day.

Besos rojos.
Bye.

3 de mayo de 2010

You are so easily won over, it's a true shame.
I thought there was more to you than that. There never was.
Hopefully one day you'll open your eyes.

30 de abril de 2010

Infiernos Cibernéticos


Internet es una herramienta maravillosa. Es magia pura. Es la más grande alucinación opiosa de más de un intelectual en buen viaje de cualquier siglo en cualquier lugar. Todo comunicólogo hippie (todo comunicólogo tiene algo de hippie aunque se vista se sedas y Zaras) si lo piensa encuentra en la web un universo por descubrir que es creación y disfrute simultáneo de millones de usuarios en todo el mundo. McLuhan tenía razón; vivimos en dos universos, uno de los cuales es una divertida y nutritiva Aldea Global.

En los albores del wired que coincidieron con los albores de mi vida social y romántica (albores, ojo, no era tan precoz tampoco) mi entrada al Internet diose cuando entré por vez primera a Latin Chat a compartir risitas nerviosas con mis amigas en turno. Latin Chat (para todos aquellos jovenes nacidos después de Internet) era una página dividida en intereses para latinos que se dividían en chat rooms reconocibles por sus colores. Sin duda el rosa (creo que era el rosa) y el negro eran los máximos morbos de nuestras púberes mentes, pues correspondían a "gay/bisexual" y "busco sexo" respectivamente.

Algúna vez entramos, apenas alguien dijo "hola" y tetísimas como fuimos en nuestro máximo esplendor, salimos corriendo (o clickeando, pues) en ataque de histeria y lágrimas de risa.

Pasada la novedad, llegó ICQ, el pre messenger, Gtalk y todas esas mierdas. Sonaba oh-oh cuando otros te hablaban y se convirtió en la novedad porque ya no tenías que estar al teléfono para tener conversaciones privadas, había la posibilidad de ponerse uno su nickname (más interesante que tus iniciales cuando abriste tu primera cuenta de correo electrónico) y los infantiles coqueteos empezaban a darse. Sin embargo, era todo aquello bastante inocente, no sería hasta la llegada de msn, Hi5 y demás que empezaría el desastre...

Toda mi secundaria estuve bastante hooked, pero cuando entré a la prepa las cosas cambiaron. Con eso de que TODO lo que hacía sentía era visto como re fresa y yo me juraba la reencarnación de Ernesto Guevara, renuncié un poquito al chateo (todos mis contactos eran fresas del Olinca anyway) y me dediqué a leer intensidades y escuchar el disquito de Beth Gibbons y todas las recomendaciones de mis coolísimos amigos, irme de chelas a Coyoacán y pintarme el pelo verde. Usaba Internet para la bendita piratería musical cortesía de Napster y todas las imitaciones del mismo que vendrían con el tiempo. Pero nada más.

Eso hasta que llegué a la universidad. Y la banda tenía Hi5. Y era posible espiar a todo el mundo, porque literal, en cuestión de meses TODOS tenían perfil con fotos y descripciones de dónde estudiaban o trabajaban, vivían, con quién andaban, si tenían amiguitos chidos o no, con cuáles coincides tú (la frase el mundo es un pañuelo perdió su significado por completo) y básicamente el día a día de todos tus conocidos, crushes, pareja, amigos y némesis.

El Apocalipsis había llegado.

1. Me abrí un blog. Del cual esperaba mucho fanáticos que nunca llegaron. Más bien me hice conciente de que a mucha gente le caigo re mal por los muchos comentarios mala leche que dañaron mi autoestima y me ardieron pa' siempre (¿cómo golpeas a un anónimo?) además de que tuve que restringirme cada vez más porque esta casita se convirtió en una extensión de mi persona. Y las personas se comportan en sociedad y no lastiman egos de quienes los quieren. Y como no vaya a ser que te duela algo que escriba mejor no lo hago. Entonces le he desarrollado un amor odio a este espacio porque siento que no soy honesta. Y cuando lo soy me caga re leerme porque creo que soy re lame y de hueva y me voy a morir sola con mis gatos.

Conclusión: Los blogs son una maldición, porque además de todo, no quieres cerrarlos nunca. Y hacen que conozcas a tus crushes, enemigos, amigos etc. mejor y es medio vergonzoso que lo haces por su blog. ¿Ven? honestidades a medias.

2. Llegó Facebook. Y con el una serie interminable de malviajes. Porque descubres que tu peor enemigo es amiguísimo de alguien con quien te llevas que podría ofrecerte una chamba, entonces vives en constante terror de que el enemigo le diga lo que piense de ti y entonces evidentemente tu contacto le va a creer y tú te vas a quedar sin trabajo para siempre y morirte sola con tus gatos.

-O bien resulta que tu significant other conoce a un montón de personas a las cuales les parece sumamente atractiv@, entonces le dejan un montón de pendejadas en su profile (que además tienen mala ortografía) y tú te vuelves loca porque piensas que en cualquier momento te pueden bajar al significant other. O resulta que el significant other sí tiene una doble vida cibernética de contacto (por FB, mail, msn, you name it) de coqueteos con uno o varios de aquellos que viste u otros que ni siquiera conoces. Pero al final ni está haciendo nada y seguramente tu también caíste en ese juego alguna vez porque total no significa nada y te sube el ego. Tons' todo acaba en un juego interminable de celos en los que nadie puede reclamarse nada, pero lo haces de todas maneras.

-Lo mismo pasa cuando cortas con un significant other. Y entonces empiezas a espiarlo sin control alguno. Y cuando lo haces te duele la panza muchísimo y sufres a tal grado que no puedes pensar en nada más, en todo el día. Te obsesionas con saber más y más. El gran mal del Internet es que es un exceso de información. Y todos los excesos son malos. Malísimos. Pero eso no te importa cuando espías a todos los amigos del (la) ex, te sabes todo lo que hizo el fin de semana, descubres que le gusta alguien o que ha bajado de peso, etc, etc, etc. Todos sabemos que la felicidad de un ex (cuando estás en proceso de recuperación) es el mayor dolor que se puede sentir. Y más si va de la mano de un nuevo amor. Entonces el proceso de desapego no te toma los seis meses comprensibles y tradicionales, puede extenderse hasta el infinito. O hasta que te mueras sola con tus gatos.

-Y tu caes en el mismo juego. Publicas un status que sabes que le va a dar en la madre. Y subes una foto de un random que puede parecer tu ligue para que el otro enloquezca. Se convierte aquello en un give and take de venganzas que destruyen. La opción, piensas, es borrarlo de tu perfil, no entrar a su blog, no seguirlo en twitter. Bullshit. No vas a dejar de hacerlo y si lo (la) borras de Facebook te vas a volver más loc@ por la falta de información (es como el síndrome de abstinencia, pues).

3. Twitter. Ni hablar. Apenas medio empieza, pero es una regresión a high school. Cuando vez que tu archienemigo, tu ex, tu mejor amigo o quien sea duplica tus followers, aunque sea un poquito, te arde. Y el timeline es un concurso de simpatía, de carisma. Todos compiten por decir lo más entretenido, listillo, diferente, profundo, etc. (que, qué bueno, suficiente es aguantarse letras de Sabina y "oie komo sts bb!") pero es innegable que caemos en un pedo de competencia y stress sin paralelos. Además de que nos duele la panza cada vez que alguien está en un plan más chido que tú, (como yo que estoy encerrada en casa mientras leo tweets de borrachos y vacacionistas) le va mejor de chamba o alguna otra cosa que te deprima. O bien cuando pierdes followers y te preguntas ¿ahora qué hice? y checas tu timeline para darte cuenta que eres bien desagradable.

Si, seguro el argumento es que yo soy una freak sin autoestima que además es una intensa inculta que no piensa más que en necedades (insult me now, anónimos de mierda) pero quien no haya pasado por alguno de estos estados y odie el Internet a la par de que lo ama, responde únicamente a tres opciones:

1. (si otro conteo en mi post eterno) es un iluminado de la estabilidad emocional y seguro tiene un chingo de followers.
2. Es un enfermo mental sin emociones.
3. Tiene un iq de menos dos y no sabe usar ninguna plataforma más que para escribir: oie komo sts bb!
4. No tiene Internet.
Ya pues.
Se acabó el ultra rant.

Un beso de los de siempre.
Bye.
P.S. La imágen es de Lain. Una belleza de serie. Es animación japonesa, pero tengo buen gusto en televisión y seguro ni la han visto. A los críticos: callen, nacos.

19 de abril de 2010

No culpes a la playa...

El tiempo es relativo. Se siente más lento cuando esperas algo y se pasa re pronto cuando no quieres que se acabe. El tiempo no te sabe a veces y luego otras te sabe tanto que quieres escupirlo (escupirle) pa' que no regrese nunca.

También es relativo porque a veces no alcanza. No importa lo que hagas, los minutos no son suficientes y cuando respiras ya se te fueron todos. Y otras se alarga tanto que cada minuto se antoja un milenio.

El tiempo pasa distinto según la geografía también. No nada más depende del enamoramiento, la depresión, la falta de ocupaciones o el stress. La vida pasa distinto en el mar, que en el campo que en la ciudad. O más bien, en todos lados menos en la ciudad el tiempo pasa a su ritmo común o al más lento posible (depende del cristal con que se mire).

Cuando uno anda de vacaciones o de viaje de chamba fuera de estas tierras chilangas, se siente más relajado y tal vez por eso, el tiempo le sabe diferente. Disfruta cada bocadito de luz, de folklores, de acentos, olores, cielos claros y saborcitos. El pedo es cuando uno no anda relajado y trae prisa. La prisa común a la que estamos todos acostumbrados. O que independientemente del acelere común o no, es increíble que la banda se tome la vida con taaaaaaaaaaaaaaaaanta calma.

Y es por eso tan incomprensible que a le llegue el plato al cabo de 20 minutos a la mesa. O que le entreguen el coche rentado después de encontrarse con un millón de broncas para pasar la tarjeta de crédito y salga del rental una hora más tarde. O que probarse una falda sea un odisea sin precedentes porque uno no puede pasar al probador así namás y a la señorita le da hueva cobrarle activamente.

Nunca, nunca, nunca, nunca podría vivir fuera de la ciudad. De una ciudad más bien. Estoy dispuesta a mudarme a la que sea. Una que incluso me represente un lío y me haga quedar como las provincianas de las que tanto me quejo. Que me de una patada en el culo para que me ponga las pilas. Que me rete todavía más de lo que me reta esta todo el día en su tráfical, su gente peligrosa, sus baches, comidas y precios disparados. Su violencia y todo lo que se dice en la tele de ella y a mí nunca me toca. Al menos no conscientemente.

El campo, el mar, el bosque y el desierto son para visitarse. Esta loca citadina no podría concebirlo de otra forma.

14 de abril de 2010

¿O sea qué pedo con ese tiempo?

Estuve en Sonora unos días. Y me relajé un montón porque entre otras cosas sólo me dediqué a pensar. Y no a pensar en mi vida (no todo el tiempo al menos) solo a pensar en cosas.

Eso hace el mar y las distancias...y el desierto. Planear un montón de cosas y soñar un millón de otras y tal vez en toda esa maraña, coming up with a plan.

El mío se me antoja más cercano.

Volviendo a las necedades de pensamiento, mi travel partner me dijo lo siguiente: Cuando ves una estrella, resulta que estás viendo la luz de algo que ya no existe. Porque está a años luz. Esa diferencia de tiempo es igual que el sonido que se emite y que a mi me llega diferido aunque sea por milésimas de segundo. ¿Qué pedo con ese tiempo? ¿O sea cómo? Y también me pidió una explicación sobre los años luz. ¿Qué pedo con esa distancia? ¿Porqué la distancia se mide en tiempo? ¿Qué no son conceptos distintos?

Lo cual llevó a la decisión de que toda doctrina (ciencia o religión) es la interpretación del mundo. La ciencia tiene validéz porque es comprobable, pero hay cosas que no pueden comprobarse más que por las matemáticas, mismas que al final son un código más que puede ser igual de dudoso. Porque no son tangibles. Like religion. Conclusión: toda teória sobre el espacio (como los hoyos negros y eso) es tan "falsa" como la religión. ¿No?

We were a bit high. Disculparán ustedes.
Explicaciones requeridas. Gracias.

26 de marzo de 2010

Siblings.


Mi hermano cumple 19 años en unos días. Acaba la prepa próximamente y va a presentarse por segunda ocasión en el examen del Colmex. Le viene una nueva vida que ni se espera, y lo que más quiere en el mundo es entrar a la mentada escuela.

La cosa es que independientemente de las grandezas del Colmex que todo el mundo conoce, Luis En ha querido estudiar ahí desde hace unos tres años y se ha preparado para ello desde entonces. Leyendo TODO texto dentro y fuera de mi casa, hablando con alumnos, gente que presentó el exámen y yendo a pláticas infinitas. Nunca lo había visto tan clavado, tan emocionado y tan nervioso como la semana pasada. Y ahora trae una carita expectante, contenta y aterrada por que viene la segunda ronda. Y obviamente le da culo pero le da emoción ver el primer día de escuela más cerca.

Y es que si. Mi hermanito pertenece a esa escuela y esa escuela le pertenece. Y se merece tener lo que tanto quiere por miles de razones. Es uno de los tipos más increíbles que hay en la tierra. Porque es guapo, inteligente y chistoso (por supuesto) pero es un hombrecito bien complejo y bien intenso y bien letrado. Devora libros y revistas y de todo. Me roba películas de las pretenciosísimas que me gustan y luego se pasa una semana haciendo maratón de Disney en VHS encerrado en su cuarto. Pinta y hace escultura y cosas bien chidas. Y ama los sombreros, tiene un chingo y se los pone TODOS.
Se pone unas pedas del terror y es el borracho más adorable que existe porque es un gritón espantoso que a todo el mundo le cae bien. Cuando una chica lo trata mal le dice "loba" y se muere de la risa a tal grado que aquella le pide perdón por lo que seguramente ni hizo. Es el "hermano" de toda la ciudad.

Le dice a mi mamá Cecilia y a mi papá "mi compa" y los dos caen rendidos ante sus encantos. Es un gruñón de mierda y es absolutamente impredescible. Nunca tiene crédito. Y cuando lo tiene se lo gasta en llamadas larguísimas. Es un fashionista de closet y es un dandy en potencia. En las mañanas lee su periódico enfundado en su bata de Hugh Hefner y sus pantuflas de señor. Baja a desayunar y come un chingo a pesar del look.

Aunque pudo haber buscado la manera de librarse, va todos los sábados a marchar. Le caga, pero ya tiene amigos, desde luego. Uno de los mejores momentos de la semana es cuando llega a comer y todos lo esperamos con la crónica sabatina de los soldados. Como tiene pie plano, siempre llega de malas porque le duele la espalda, pero sé que deep down agradece la experiencia de vida y está orgulloso de no ser un fresoidete más que libró el servicio militar.

Todas esas personas son mi hermano. Mi hombre favorito. El que parece más mi hermano mayor que el chico. Que me cuida y me regaña y me pone en mi lugar, pero me pide consejo, me admira y me adora sobre todas las cosas. Mándenle buena onda pa' que la próxima entrada sea una foto súper incómoda del primer día en el Colmex.

Happy birthday baby. Adelantado, porque tu y yo odiamos la espera.

Pausa.

Este resumen no está disponible. Haz clic en este enlace para ver la entrada.

18 de marzo de 2010

Me caigo bien cuando


me llega una invitación a votar por un random en un concurso en internet. Decido darle click al link del mensaje. Dentro del sitio, me distraigo con Plutarco Haza en el video que te explica la mecánica del juego. Cuando termina veo que son tres participantes, dos chicos y una chica y ella no tiene tantos votos como ellos, va en tercer lugar. No me molesto por ver su trabajo (por el cual la gente juzga y vota por alguno de los tres). Sólo voto por ella porque es chica.

bailo y canto enfrente del espejo antes de salir del baño en todas las fiestas. Aunque haya una fila larguísima y eso.

me preguntan: "Tell me something about yourself" y yo contesto: "I don't like anybody". Y desde luego, es cierto.

voy de un lado a otro por la escuela brincando o corriendo sin tener prisa. Just because.

me río durísimo en una sala silenciosa porque me llega algo al celular. O alguien se cae. O alguien es demasiado feo para ser verdad.

tarareo sin darme cuenta cosas como: "en el mar, la vida es más sabrosa, en el mar te quiero mucho más..." o "y ahooora, despierta la mujer que en mi dormía, y poco a poco se muere la niña.." en la fila del banco, del súper, del vips...

uso dichos en cualquier tipo de conversación.

le digo perro a todos mis animales (y amigos). O bien "de perro". O quiti, kiti, pusty, pistina, kiriku, etc, etc, etc. Yuju!

lloro en las películas.

me quejo como viejito viendo la tele cuando no hay nadie conmigo. Le grito al aparato y todo.

eructo gigante después de comer y me muero de la risa.

me da hipo por reírme y me da risa tener hipo. Se convierte en un círculo vicioso de risas locas.

me compro un esquite y es el highlight de mi día.

estoy contigo. Gracias.

12 de marzo de 2010

Simil

Si busca uno el nombre de La Seductra en Facebook va a encontrarse con varias opciones a elegir. Algunos me conocen ya (muchos de los que leen este blog) pero si no, lo reto a descubrir cuál de las siguientes fotografías corresponde a la verdadera chica detrás de las teclas.

Las mujeres que verán a continuación provienen de distintas partes del planeta. Desde Costa Rica hasta California, Argentina y varias mexicanas. Algunas son estudiantes, otras profesionistas. Muchas solteras y algunas en una relación, pero ninguna casada. Todas tienen el pelo oscuro, y la sonrisa grande al igual que los ojos. Varían en pesos, pero más o menos obedecen todas a una misma escala. A muchas les gusta la playa y recientemente fueron de vacaciones, otras están estresadas por la escuela y varias están muy enamoradas (o al menos eso quieren que sepan sus contactos).

Yo soy de pelo oscuro y ojos grandes igual que la sonrisa. Me gusta la playa y recientemente (más o menos) estuve de vacaciones. No estoy casada y mi peso varía al igual que el stress. Estudio y trabajo, yes I do. Ahora si, guess who.





Chale. Qué nombre más genérico compartimos.

8 de marzo de 2010

Too much.


Recientemente fui a un antro más freson de lo acostumbrado. La verdad es que desde hace mucho tiempo voy más a fiestas y conciertos que a locales nocturnos. Como no estoy de acuerdo con la hora en que cierran ni con el precio del consumo alcohólico, prefiero las versiones de diversión antes mencionadas. Por eso se me había olvidado el ritual tan especial que implica la visita a cualquiera de ellos.

Pero ésta vez me invitó un adorado y viejo amigo, que si bien no coincide conmigo en cómo divertirse, sin lo hace en cuánto nos divertimos juntos. Fui a Don Quintín de la Condesa. Aunque la zona definitivamente ya no es lo que alguna vez fue, le tuve buena fé, y la verdad es que la compañía fue tan grata que pasé una excelente noche.

Sin embargo, hubo un episodio que no fue tan bueno. Nada bueno. Y que me ha puesto más de malas con los mierderos empresarios dueños de antros que nunca antes. Llegaron fabulosos amigos míos a alcanzarnos en la fiesta. Y uno de ellos no pudo pasar. Por que lo ves a un kilómetro de distancia, es Miss Chihuahua gay y llevaba sus preciosos ojos maquillados.

Los socios dijeron que era "too much". Y no hubo cómo. Estaban incluso dispuestos (el resto de sus amigos) a pagar cover (don't even get me started on that) y el equipo de seguridad les negó el paso, porque aquellos dieron órdenes muy claras.

So much for “en este establecimiento no se discrimina por motivos de raza, religión, orientación
sexual, condición física o socioeconómica ni por ningún otro motivo”. Don Quintín Condesa (y seguro todos los otros Quintines de la ciudad) están rompiendo la Ley para establecimientos mercantiles del Distrito Federal establecida en enero del año pasado.
Fuckers.

Ciérrenles el changarro.
P.S. Además de todo pendejos. Es common knowledge que un hombre con maquillaje glamorosea cualquier escenario. Si no, pregúntenle a Boy George, David Bowie, Brian Molko, Lady Gaga....

23 de febrero de 2010

Chococat

Cuando cumplí 18 años mi madre amorosamente me regaló un cochecito nuevo, bonito y barato. El regalo incluyó un porta placas y estampitas de cierto personaje de Hello Kitty llamado Chococat. Gracias a lo anterior, mi nave se hace llamar justamente así, gracias a los cientos (como si conociera tanta gente) que han reconocido al gatito negro y me han preguntado si así se llama mi automóvil.


Desde ese soleado 25 de julio han pasado seis años. Y con tanto tiempo, un millón y medio de aventuras y dramas a bordo. La verdad es que daría mi pulmón izquierdo por comprarme un carrote divino y nuevo, pero debo admitir también que Chococat tiene tanta de mi historia que me cuesta la idea de deshacerme de el. Sin embargo, creo que la fecha inevitablemente se aproxima, por lo cual decidí hacer una crónica de los mejores momentos a bordo de mi auto.


1. "¡Cállate, el coche no tiene nada!"


En cierta ocasión salí de fiesta con el amigo más borracho que tengo. Rogelio tiende a comportarse como compadre en boda y gusta de empedar a toda la fiesta al unísono. Estúpidamente fui a uno de los antros malamuertosos que aquel frecuenta y como era de esperarse, me acomodé una peda de miedo. En el candor de las copas y la música, acabamos solos (todos los demás se fueron) sentados con un par de narcos vaqueros que nos pichaban una cerveza tras otra.


Yo estaba del mejor humor, hasta que vi el reloj y era sumamente tarde. En aquellos antieres la hora todavía era relevante y por temor a los regaños paternales, decidí partir inmediatamente. Dejé a Ro con los vaqueros borrachos hablando de viejas y huí a mi hogar.

No habían pasado ni diez minutos cuando encontrábame cantando a todo volumen las intensidades que me caracterizan. Al ritmo de Shadowboxer de Fiona Apple (¿Qué tal eh?) cruzaba Insurgentes a toda velocidad cerrando un ojito a la vez porque de la peda veía doble y además no traía lentes. En pleno trino sentí un golpe, y luego como si estuviera intentando subir una escalera en cuatro ruedas. Resultó que me había subido directito al camellón.


Juraba que no había pasado nada más que un pequeño inconveniente, así que proseguí a bajarme tranquilita y continuar mi camino. Puse la siguiente canción de Fiona Apple y me fui a mi casa, frescamente. De pronto, llegando a Periférico, me percaté que el coche temblaba tanto, que no podía detener el volante. Además se escuchaba un ruidito, que cuando le bajé a la música, resultó ser un ruidote. Lo primero que pensé (dado a accidentes previos) fue que se me había vuelto a caer el mofle.


Me paré en la lateral frente a Gransur y esperé que algo pasara. O que se me ocurriera algo. Me quedé dormidita un rato, hasta que alguien tocó mi ventana. El tipo me dijo: ¿Estás bien? Creo que se te dañó el rin y pues, se te ponchó la llanta...” Mi respuesta fue: "¿¡de qué hablas?! ¡Se me calló el mofle mentiroso! Al cabo de un rato el pobre hombre me convenció de que me bajara a ver. De pronto recuperé la capacidad de enfocar. La llanta había desaparecido casi por completo y el rin estaba irreconocible.


El hombre trató de ayudarme, pero no traía gato. Sacó la llanta de refacción de mi cajuela mientras yo me hundía en ella y balbuceaba llantos de borracha. Finalmente le hablé a mi mamá, me ayudó y se acabó la parte chistosa de la historia.


2. "¡No mames, choqué el coche!"


Cuando todavía éramos unos gremlins cuando salíamos de noche Meme y yo, acabamos después de una fiestota en Altavista con gente desconocida. Era tanta nuestra alegría fiestera que corríamos en minifalda y taconcitos con shots en cada mano y Meme con sombreros ajenos y la camisita abierta hasta el ombligo. Como era de esperarse, fuimos la puritita sensación de la noche. En alguna de las paradas que hicimos esa vez, terminamos bailando arriba de una barra con llamas alrededor, cual runway meets Coyote Ugly mezclado con muchos tequilas encima.


Finalmente alguno de los dos tuvo la prudencia de decidir que nos íbamos, no sin antes percatarnos de mis rodillitas sangrantes de lo cual nunca desciframos el origen. Muy divertidos como era costumbre, nos fuimos de vuelta por Insurgentes.

De pronto, alrededor de la UNAM a toda velocidad, una combi gigante se paró en seco. Yo intenté dar el volantazo y esquivarla, pero por tantas cervezas no reaccioné a tiempo. Nos fuimos a estrellar contra una pared, dimos tres trompos y juramos que íbamos a morir.


Cuando acabó todo, me bajé llorando del coche a llorar por mi puerta (recientemente arreglada) y mis rodillas. El hijodeputadelacombi se largó y llegaron corriendo unos policías de la UNAM que amablemente me dieron papel de baño para que lo masticara y me librara de la cárcel.


Eventualmente llegaron nuestros respectivos padres, nos vieron como criminales y lo chistosísimo de las rodillitas sangrantes se nos olvidó por completo (al menos esa noche).


3. "¡¡Aaahh!! Se me apagó el coche"


Me he quedado sin gasolina y sin anticongelante. Se me ha calentado el coche y se le ha caído el aceite. Todo en avenidas súper transitadas, largas y en hora pico. Son tantas las veces, los llantos y los dramas, que sólo contaré una de las miles de aventuras.


Ms. Yellow y una servidora veníamos de vuelta desde Polanco con mucha prisa por llegar al Tec de Monterrey, al otro lado de la ciudad. Todo iba perfectamente, hasta que por una confusión tomé el camino equivocado y en lugar de subir al segundo piso me seguí por carriles centrales de Periférico. Como era de esperarse nos tocó el rush hour y tramos larguísimos a vuelta de rueda.


No traíamos mucha gasolina y Chococat se calentaba con mucha facilidad en esas épocas. Ocurrió lo inevitable. El coche empezó a jalonearse sin esperanza y a pararse entre tantos coches. Nos salimos a la lateral y buscamos una gasolinera. Por minutos que parecían años enteros la buscamos en medio de la más pura y femenina histeria. Cuando estábamos a punto de rendirnos la vimos y nos tranquilizamos. Hasta nos reímos y platicamos súper casual.


En eso me di cuenta de que el color verde tan característico de los letreros de la gas estaba bastante deslavado. Porque la gasolinera estaba cerrada, clausurada, abandonada (o algo). Estábamos en Las Flores y faltaban siglos para llegar a Desierto de los Leones, o sea a la siguiente posibilidad de salvación.


Con el coche jaloneado, en sus últimas y entre el tráfico espeluznante, Ms. Yellow tomó el volante y se metió por callejuelas varias hasta que salimos a Revolución (debo aclarar que aquella estaba especialmente estresada porque tenía examen final en media hora). Parecía que ahí había muerto el pobre coche. Nos paramos. Lloramos. Y vimos un carro de papitas. Evidentemente compramos unas y nos tomamos un merecido break en medio de la avenida enchiladísimas.


Fue suficiente para tomar energías y llegar jadeantes (el coche y nosotras) hasta la gas de Avenida de la Paz.


4. "¡Mierda! ¿Dónde está el coche?"


Hace unos años trabajaba en Polanco en una placita situada entre Ejército Nacional y Horacio (¿o es Homero?) en la cual me cobraban cerca de 200 pesos diarios de estacionamiento. Ante el descarado asalto a mi economía, busqué alternativas que me permitieran invertir los 200 morlacos en algo de mayor provecho para mi persona (lo cual creo es, bastante razonable).


Me encontré por ende que en Homero y Horacio había filas larguísimas sobre todas las banquetas en las cuales los ciudadanos dejaban sus coches. La cosa es que yo dejaba el mío alrededor de siete horas. Y nunca me fijé en que los autos alrededor mío eran siempre diferentes cuando regresaba.


Porque resulta que estaba prohibido estacionarse en cualquier parte de ambas calles. Y yo no sabía.

Y un maldito día, salí y no estaba el coche. Pensé que me lo habían robado. Pero cuando vi un BMW cercano y un Mercedes me di cuenta de la estupidez que me pasaba por la cabeza. Lo más lógico era que se lo hubiera llevado la grúa. Y yo no tenía idea de dónde acababan los coches cuando eso pasaba. ¿Se los llevaban a hacerlos chatarra? ¿O se iban a los shows de Monster Trucks gringos?


Entonces busqué ayuda y gracias a Dios el Maestro Escobar (o sea mi padre) chambeaba cerca y me pudo llevar al corralón. Me odió terriblemente. Prometí no volverlo a hacer. Tener cuidado. Buscarme un viene, viene. Something.

Y lo cumplí. Un buen tiempo además.


Hasta que un día cometí el mismo error. Salí y no estaba el pinche coche. Needless to say tuve que sacarlo sola. Y needless to say nunca más he vuelto a estacionar a Chococat en las calles de Polanco.

5. "Amo a mi coche"


Chococat me llevó a buscar a un imbécil del que estaba muy enamorada, que terminó en tragedia y en otro estado. Pero la compañía de mi primas y Meme y toda la aventura no voy a olvidarla nunca. Ha sido de los mejores momentos de mi vida.

A bordo de Chococat conocí a mis amigos (Ro y Sofía, por ejemplo) fui a visitarlos, a dejarlos, a recogerlos y a quererlos. Mi coche está manchado de café en el techo por una aventura en la cual había más de ocho personas trepadas. Pocas veces me he reído tanto.


He llorado, reído, besado, makeouteado y de todo un poco ahí dentro, sin duda mi chatarroso auto es testigo de mi juventud.


Ojalá hayan disfrutado de esta croniquita de mi posesión más querida en todo el mundo. Quien me conoce, lo conoce a él. Y lo ama igual que yo.


Si las vestiduras de ese coche hablaran...


Besos anticongeltantes.

Bye.


P.S. Ya sé que está largo, pero lo amerita. Callen.