28 de julio de 2010

25


El 25 pasado cumplí 25 años y nunca va a volver a pasar mencionada y preciosa coincidencia. Too bad. Uno pocas veces aprecia las curiosidades a su alrededor hasta que son recuerdos. Antiguos recuerdos. Por eso está tan bueno tener un blog. (Recuérdenme esta entrada en una década).

Resulta que en estos mis 25 los horóscopos prometen nueva estabilidad económica y nuevos bríos románticos. Si cualquier de los dos no ocurre, nuevas oportunidades laborales. A ver cuál de todos o ninguno se cumple.

Resulta también, que aterricé en esta edad un poco en crisis, pero poco a poco me aliviano. Me dijo un viejo conocido hace unos días, que siempre me ve igual. Siempre sufriendo y quejándome de algo. Cuando en realidad, viendo hacia atrás mi vida no era tan mala cuando aquél y yo éramos más cercanos. Lo cual valida su teoría absolutamente. Entonces la solución es dejar de quejarse y provocarme alegrías de las cuales namás yo soy responsable.

Toda la anterior reflexión desembocó en la puesta en práctica del consejo brindado por una inteligente mujer, quien sugirió que hiciera todo lo que no hice antes en este año. Así no van a haber arrepentimientos por falta de actividad… más bien por actividad de sobra.

Para empezar tan bonita empresa, e inspirada de nuevo en un estrellita de otras plataformas, he pensado que pesar de ser muy joven para muchos, soy una ruca para otros y a pesar de que mi vida es todo menos un modelo a seguir (y qué hueva ser role model anyway) a lo largo de los años me he caracterizado por dar buenos consejos en mis destellos de genialidad y experiencia. ¿Por qué no compartirlos con el mundo y de paso recordármelos for future reference?

He agrupado seis de ellos a continuación que espero les hagan bien.

1. Recuerda la primera impresión, la inmediata que tengas sobre quien sea cuando l@ conoces. Todo lo que percibes lo haces sin juicios, sólo lo absorbes. Con el tiempo, cuando el o ella se de a conocer mejor, es posible que tu opinión inicial cambie, pero siempre, siempre va a haber un momento en el que te den la razón. Recuerda esa primera impresión para que no te tomen por sorpresa (o para no olvidar sus maravillas).

2. Mientras más te columpinas, más la cola se te ve. Hablar de más, y hablar mentiras te pone mucho más en evidencia de lo que crees. Cuando la gente pretende ser alguien que no es, se nota inmediatamente. Además, las personas misteriosas son mucho más interesantes que las que no dejan nada a la imaginación.

3. En boca cerrada no entran moscas. No seas chismoso. Se ve mal. Y está mal. Querer saber demasiado de otras personas, implica que tu vida es aburrida y por eso te es tan interesante saber qué es de los demás. Peor aún (lo peor) ser gossip central. Que la gente sepa que tú sabes. Esto se junta con algo aún más importante: do not badmouth people (ni causas, posturas políticas, etc. al menos cuando los demás no son de plena confianza). It’ll come back to bite you in the ass. Además, el mundo es tan, pero tan, tan pequeño, que nunca sabes las consecuencias de tus palabras. ¿Qué tal que empiezas a despotricar contra el novio/ hermano/ mejor amigo de tu interlocutor sin saberlo?

4. La tercera es la vencida. Para todo. Puede ser una chamba, un libro, un escrito, o un amor. La onda es que cuando algo “no jala” (el libro no te gusta, la chamba que quieres no amarra, lo que escribes no tiene forma) habrá que ponerle todo el empeño, concentración, corazón y dedicación a lo que se hace, hasta cierto punto. Con tres límites que cada quién sabe cuándo y cómo son. Si después de darlo todo no funciona, o no te hace feliz, déjalo, es lo mejor. Pero que por ti no quede, nada peor que vivir con culpas y "what ifs".

5. Carga siempre con un cepillo de dientes y un libro. Nunca sabes qué vas a comer, o si vas a dormir fuera de casa. Y nada más desagradable que el mal aliento (malos olores en general, pero el aliento es el PEOR). Si lo anterior no te es posible, o comprarte unos chicles tampoco, entonces toma mucha agua y mantén una sana distancia entre tu cara y la de los demás. Del libro, uno nunca sabe cuándo va a necesitar leer algo por tiempos de espera, de traslado o de aburrimiento. Son buenos amigos, y así uno siempre tiene cariñito cerca y cada vez más.
6. Keep it together. No eres tan inteligente, guapo, encantador, inolvidable, culto, creativo, misterioso y único como te gusta pensar. La arrogancia es horrible. Tampoco te vayas del otro lado, el self-loathing es absolutamente indeseable. La cosa es que mencionados extremos son igual de desagradables, ser demsiado pagado de ti mismo no es mejor que tener baja autoestima.

Me voy. Feliz cumpleaños a los demás que cumplieron o van a cumplir cerca de mi preciosos 25.

17 de julio de 2010

The Carrie Complex


Soy una fanática más de las miles alrededor del mundo que perdonaron una muy mala película (bueno dos) gracias a la enorme necesidad de ver finales felices en haute couture. Soy de las que tiene todas las temporadas y las han visto más de una vez. Las que se saben el nombre y descripción de todos los novios de Carrie Bradshaw. Si, igual que tantas amo Sex and the City. Y juré por años que mi vida algún día sería tan exquisita y glamorosa como la de la rubia.

La razón por la cual tantas mujeres jóvenes aman la serie es porque funciona como un "espejo" de las relaciones amorosas que hemos sostenido en nuestras vidas. O al menos esa es la excusa, pero en realidad, it's bullshit. The 20 something set éramos mucho más pequeñas cuando SATC se transmitía. Teníamos relaciones de adolescentes. La vida era mucho, mucho, mucho más sencilla entonces. Lo que no queremos admitirnos es que SATC nos funcionó como una telenovela para señoras, señoras chidas none the less. Las mujeres mayores y sofisticadas creíamos la veían y nosotras queríamos ser tal cual.
Ahora, medio lo somos. Por eso amamos tanto los tacones altos y los tocados, los vestidos, el pelo en ondas, las revistas de moda y desde luego, Nueva York (visualmente y style wise todo el mundo debe admitir que la serie es un manjar).

Entonces, los años pasan y NYC se ve más lejano. Y el closet que ibas a tener retacado de Jimmy Choos. Lo único que queda es la mejor parte de la serie, misma que no puede valorarse cuando una tiene 19 años y anda toda destanteada tropezándose con la vida. Enter, the d(m)ating game.

Esa es la mejor parte. Porque así funcionan las cosas de cierta manera. Quitándole el glitz, el asunto de datear es todo un tema. Hay que ser siempre uno mismo pero igual y ese uno le es absolutamente desagradable al que le encantaste de primera impresión entre copas. O hay que intentar ser la mejor versión de uno mismo, pero corremos el riesgo de que nos cachen y todo se vaya al carajo. Vas a encontrarte con tipos malos, buenos, demasiado buenos, inteligentes, idiotas, patanes, inocentes, aburridos, divertidísimos, comprometidos e irresponsables. Vas a conocer también a personajazos que engloben todos esos adjetivos y muchos más. Con algunos la vas a pasar bien por tres citas y luego te van a dar hueva, repele o algo. Con otros la vas a pasar bien por tres citas y luego les vas a dar hueva, repele o algo.

Algunas relaciones te van a durar un mes. Y se van a sentir como si hubieran sido años. Otras te van a durar cinco y se van a sentir como tres días. En algunas vas a dejar el corazón y en otras no. Corres el riesgo del “he’s not that into you” y llorar y llorar con el ego destruido. Al contrario, puedes también ser responsable del sufrimiento de otro y cargar con la culpa de ser “la mala”.

Entonces es que las emociones van como montaña rusa, con descansos en los que no se siente nada. Y así es el juego. No hay más. Tu noviecito de prepa es una caricia comparado con lo que se viene. You had really, no idea. Now you just might.
También puede ser que tengas la enorme suerte de encontrarte con tu pareja ideal desde ahora y no vas a tener estos problemas propios de la soltería. Si es así, felicidades. Disfruta de los placeres que te esperan. Aunque then again ¿Quién quiere terminar su jugada tan pronto? No todos.

Porque la verdad es que ser solter0 es un lujo. Es comodísimo. Es el mejor estado en que se puede estar si se habla de funcionalidad. Porque eres libre de hacer lo que se te antoje todo el tiempo sin rendir cuentas, sin deber explicaciones, sin pensar dos veces en los sentimientos de alguien más. No hay que "caerle bien" a los amigos de nadie ni hacer esfuerzos sobre humanos para otros. Tienes la opción de elegir al que te guste más. Salir, besar, tirarte y demás a quien quieras, no strings attached. Vives solamente para ti y let’s face it, el egoísmo es fantástico.

Pero si, en medio de mencionado pasatiempo tan entretenido con cada uno de los participantes, aunque sea por un momento, piensas en la posibilidad de estar. Estar exclusivamente, para largo, bonito y de cerquita (como dijeran unos lindos ojos) gracias a que te enamores. Todos queremos enamorarnos. Sin falta. No, no es "buscar marido" es amar a alguien. Sentir es el mejor estado para el alma.

El embrollo viene cuando ambos deseos se cruzan. Porque qué chido querer (y qué inevitable) pero qué miedo por lo pesado que es. Las relaciones implican tantísimo trabajo que ufff....qué pereza. Entonces mejor seguir en el dating game y pasarla de puta madre como lo hace Samantha con sus miles de amantes. Porque además de la hueva, ¿qué tal que te rompen la madre? Triple coñazo recuperarse.

Si, "Sex and the City es un engaña viejas que vende fantasías y es absolutamente irreal y de un feminismo falso y bla, bla, bla". Pero en eso, por imbécil que suene, si tenía un poco de razón. Las aventuras de la chaparrita fashionista con el pacheco treintón que vive con sus papás, con prince charming hace muebles, con el deliciosamente esquivo Mr. Big, con el frustrado y competitivo escritor…todas son plausibles. Y sus reacciones comunes, comprensibles.

Igual y toda mi teoría es una estupidez y lo que pasa es que Candace Bushnell nos creó el Carrie complex y por eso somos ahora unas locas idiotas con estándares absurdamente altos y complicadas a propósito (Además, unas putas, seguro piensan muchos). En realidad conocer gente es mucho más simple y no hay un pedo. True love is out there y hay que dejar de analizarlo.

Tal vez, pero de cualquier manera creo que hay que reconciliarse con Sex and the City. Así es la onda más o menos. ¿Y qué si te la sugarcoatean con ropa hermosa, departamentos perfectos, trabajos increíbles y hombres guapos? Fuck it. Us girls love pretty things. Tampoco es tan grave.

P.D. El Carrie complex de esta Seductra es que mi trabajo ideal sería sin duda tener una columna y todo. Y si, por eso empecé el blog. Y si, por eso escribí esta entrada y tantas otras. No reminder needed.

13 de julio de 2010

The Gents


Qué difícil ser hombre. Qué fácil a veces también. Pero qué complicado crecer siendo uno, formarse como uno. Los hombres aprenden a serlo educados por distintas influencias, traumas, ejemplos, visuales, recuerdos y héroes. Y van conformando su identidad etapa por etapa, un hombre no es siempre el mismo. Por eso el recuerdo de tu antiguo amigo, ex novio/esposo, padre, hermano nunca va a ser del todo real. El que es ahora no es el que fue contigo. No completamente. Cada momento decisivo es un constante enfrentamiento con todo lo que aprendiste que debías ser, lo que ahora eres y lo que deseas ser después.

Cada etapa entonces, tiene sus respectivos contratiempos. O al menos eso siempre he pensado ante la fantasía de ser hombre por un día, o por toda una vida. Me pregunto a veces qué tan similar sería mi personalidad y concepto de los otros de no tener que usar brassiere. ¿Sería más preocupado de mi aspecto o menos? ¿Sería popular o encantador? ¿Un casanova? ¿Un perdedor? ¿Sería todas las inseguridades con las que cargo sin la encantadora ventaja de ser una chica bonita? De conocerme ¿me interesaría en un hombre como yo?

Por mucho que uno invierta neuronas en el asunto, nunca podremos saberlo (afortunadamente). No hay respuesta correcta. Sólo existe la posibilidad de volver a escenarios comunes con los que conocemos del otro sexo e imaginarnos sus reacciones de haber ellos andado en nuestros zapatos, o de nuestra reacción de haber sido aquellos. Es por eso que digo, qué difícil ser hombre.

Un niño tiene mayores probabilidades de ser molestado sin compasión por el resto cuando llega a una nueva escuela. Las niñas son también torturadas, pero siempre existen ciertos límites que no se rebasan en su caso. Si bien una pobrecita puede ser humillada hasta las lágrimas por las dolorosas palabras de sus congéneres, un niño puede pasar por igual escenario, pero no “puede” llorar (or else). Además, se le suma la amenaza constante de ser golpeado, su cabeza hundida en excusados, calzón chino aplicado y un largo, largo etcétera.

Para evitar la escena antes descrita, los niños aprenden desde chicos a ser unos hijosputa. Muy carismáticos seguro, pero pocos son los casos (creo yo) en el que aquél que la lleva bien con todos, no se busca problemas. Esos son sin duda los más charming de los sapos que una se encuentra graduados. Pero son los menos. Y lo son, por que la tentación de supervivencia a costillas del underdog es muy grande. Por presión y por sencilla. En etapa de estudiante, qué difícil ser hombre.

Porque hay que ser encantador, divertido, atractivo, cabrón, que no se raje, inteligente etc. Si no, hay viaje directo al peldaño más bajo de la escalera social (y las torturas que conlleva). Qué miedo.

Pasado lo cual, la vida se aliviana un poco, aunque en realidad creo que la etapa infantil no es más que un foreshadow de la vida adulta. El mismo teatrito se repite y la presión nunca se acaba. Todo el mundo se comporta como lo hizo de niño o como lo trataron de niño. La distinción es que somos menos directos y más sutiles. Al final la putada es la misma. Y la presión de ser un tipo respetable también. Sobretodo teniendo en cuenta, la necesidad de competencia masculina tan grande e inevitable. Los hombres compiten como forma de vida.

Empiezan de chicos y continúan de grandes. Lo que fuera ser el mejor jugando videojuegos termina por ser el que tiene el cheque más grande. El mejor portero compite contra el más galán de la banda, o el más conocedor, el más informado, el que mayores argumentos tenga para defender a su equipo de fut. Y así en la oficina y en el café, en las fiestas, los negocios, las vacaciones, la televisión. Todo. Igualito que las competencias de medirse el pene durante la pubertad.

Por eso, por ejemplo, los hombres son unos patanes con las chicas a veces. Porque ser patán te hace más hombre, opinan algunos. El ganador de la competencia de who gets more pussy. Y siempre será más cómodo tomar el atajo a la (supuesta) hombría. Además, eventualmente un historial de conquistas rotas, seguro te levantan la autoestima. Entonces hasta el mejor tipo puede sucumbir y no es enteramente su culpa, el corazón se enfría con el tiempo y la costumbre.


Conclusión. Aunque a veces quisiera haber sido uno de ustedes, a veces agradezco no serlo. Si bien tienen muchas, muchísimas ventajas sobre una (mismas que son perpetuadas incluso por las mismas viejas) nosotras las tenemos también a la inversa. No sé si hubiera podida lidiar con sus obstáculos y acabar bien parada (o). Chicos del mundo, sé que se hace lo que puede.


P.D. Si, las mujeres también somos unas culeras, competitivas del terror, pero saben a lo que me refiero en las líneas de arriba...

4 de julio de 2010

Ladies:

Stop wasting your time. It's not out there.
Sow your brain, not your imagination.
Keep your eyes open, do not even blink.
Never believe. Others' words can always be lies.
Speech does not equal promise.
Waiting rooms are not suitable spaces.
Crafts are good friends.
Have an agenda for suffering. Respect it.
Stop depending on make-up. Any kind.
Answer back.
Thinking is not always the best choice.
Over doing pleasure isn't either.
Listen to sad songs. You're allowed.
Good news is spoiled if told. Hush.
When in doubt, take a shower.
Drive.
Don't look down for comfort.
Drink wine and tea.
Build your memories around the same neighborhood. That way only one place in the city will hurt.
Smile to strangers…some of them at least.
Your literature baggage cannot be composed of love stories exclusively.
If you’ve got nothing to say, keep quiet.
Know when to finish everything you start.