5 de enero de 2009

Y que la Seductra empieza nuevo año.


Well I open my eyes
I was blind as can be
When you give a man luck
He must fall in the sea
And she wants you
To steal and get caught
For she loves you
For all that you are not
When you're
Falling down, falling down
When you're falling down
Falling down, falling down

Antes que nada gracias a los pocos pero significativos saludos al presente blog durante todo el 2008 y los primeros días del nueve. He disfrutado mucho de las visitas, ánimos e identificaciones ocurridas por todos los bloggeros y no bloggeros que se asoman a leerle la cabeza a Seductra. Gracias por dejarme leer las suyas.

Sería fácil hacer un recuento de los daños ahora. Pero la verdad es que gozo de pésima memoria afortunadamente. Por que de ponerme a recordar no acabaría con la multitud de acontecimientos de 365 que han dado giras a la trama. Sin embargo, me parece pertinente mencionar lo que venga a la mente.

Este año ha sido de estirones de emociones que han servido para hacerme la vida más interesante cuándo se la cuente a mi descendencia, si es que me toca tenerla. Creo que soy más adulta. Y puedo decir que soy una buena persona a pesar de todo. Soy una mujer brillante, trabajadora y noble. Y una cabrona bien hecha todavía. Tengo muchos sueños modificados y más viables, pero sigo fantaseando con imposibilidades. Soy capáz de decir que me siento de mierda y decirlo de frente al responsable. Siempre me había preciado de ser de las de "sin pelos en la lengua" (expresión de peor gusto posible, lo sé) pero no era cierto. Ahora tampoco es completamente verídico, pero me acerco un poco más al menos.

De nuevo soñé con volar a NY. Y este año volveré a hacerlo. Hasta que me largue y nunca más regrese del ensueño de no estar. Mejor estar en las fantasías de Woody Allen, de Sally, de Carrie, Madonna y todos los demás.

Soy una llorona. Pero me propongo a llorar cuando lo valga. Y ahora sí que lo vale. Así que me permito el llanto fundamentado. Este año he llorado como pocos. O como nunca más bien. He llorado por todos los motivos posibles. Me he permitido hacer berrinches. Y llorar de rabia, de impotencia y de dolor. De mucho dolor seguramente.

Tengo una chamba. Una chamba que me encanta aunque me pague lo injusto. Aunque en estas épocas de crisis, (otra vez) los salarios de la gente buena sean así, como siempre. He aprendido que el salario justo llegará algún día o nunca tal vez, así que hay que ponerle buena cara y agradecer el trabajo, no la paga. Imagino, creo, produzco, veo, corrijo y empiezo de nuevo. Y eso pocos lo hacen, y aún menos lo hacen como yo.

Soy buena en la escuela. Tan buena como no había sido desde que me enviaban cartas amarillas con happy faces y firma impresa de la directora. Chingón. Soy una chingona en eso también.

Y también soy una mala amiga que abandona a todos. Porque le da miedo que ya seamos tan diferentes que les caiga mal. Y que sólo me vean por la costumbre de amores de otros tiempos. Porque ya no tenemos nada en común, y en el momento en que se acaban las noticias se acaba la conversación. Porque estoy tan sumida en mi pedo que no tengo paciencia de escuchar los suyos. Y soy una mierda por eso. Pero es cierto. Ya no tengo suficiente corazón para entregárselos envuelto como estábamos todos acostumbrados. Perdón.

Y soy una pesimista. Y una súper positiva hundida en el computador. Lo único que me produce placer real es planear para que lo demás se resuelva. Planear y planear. Y trabajar y trabajar más y más. Y que horrible es ser así a veces. Pero si me quieres lo vas a entender.

No he aprendido a escuchar lo que no quiero saber. Porque en realidad ya lo sé. Porque no pierdo la sensibilidad ni la inteligencia. Sólo no quiero saber que la estoy cagando otra vez. Porque entonces siento que soy insuficiente en una rama más y yo no puedo ser insuficiente nunca más. Y menos contigo. Ni contigo.

Me he cortado el pelo muchas veces este año. Y he aprendido a usar zapatos bajitos y tenis. Y ahora me duelen los pies cuando ando en tacones. Y me caga. Porque yo siempre juraré que nací para los tacones, y ellos nacieron para mi. Pero que lindos son los "sin tacones". Tacones, tacones, tacones.

Ya no leo Elle con tanta devoción porque no tengo tiempo. Y lo extraño mucho. Me gusta saber de cirugías plásticas, maquillajes, nuevos trapos y las vidas de las neuróticas gringas que hablan de drogas, sexo y amor. Si. Me encanta eso. Fuck You.

Y he leído muchos libros, y cuentos, y pedazos de ambos. Y me he enamorado de nuevo de mi leyendo. Y voy a leer un puteral de las novelas de amores, y de las biografías de reinas mentirosas y aventureros guapos como me gusta. Y no, no por leer eso la gente carece de intereses relevantes o intelecto. Fuck you twice.

Odio el dinero. Destruye la vida de todos. Detesto el dinero. Y lo quiero más que nunca. Maldito capitalismo de mierda. Maldita crisis. Putos gringos. Hijos de puta los banqueros. Y por supuesto pinches mexicanos. Los odio a todos.

Y te odio más a tí por no quererme y no hacerme caso. Te la pierdes.

Este año regresé a nadar y empecé a hacer yoga. Y volveré pase lo que pase. Me gusta el traje mojado y los 15 minutos en el vapor dónde no se piensa nada. Y mi playlist del yoga con mi mat tan bonito que detiene mis pies rojos.

No perdí mi agenda. Perdí un celular y mis lentes. Pero ahora tengo unos nuevos y verdes como de hot teacher. Además no perdí las llaves, ni mi bolsa de la escuela, ni mi cartera. Ni la licencia. Sólo la cabeza, pero eso es normal ahora.

Y creo que no perdí tantos amigos. Hice unos nuevos. Hice también nuevos odios. Y te van a caer maldiciones en tu casa pinche puta desgraciada.

Estoy muy emputada ahora pero empiezo a bajarle a la neura. Me gusta mucho el nuevo disco de Scarlett Johansson. Escribir. Comer helado con tristeza. Tú. Y regresar a mi blog.

Gracias.

Don't ask for nothing
Go on and put your ear
To the ground
You know you will be
Hearing that sound
Falling down
You're falling down
Falling down, falling down
Falling down, falling down

Un beso de los mios.

Bye.

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