Por distintos motivos que no tienen que ver con mí disciplina, intelecto ni responsabilidad, terminé la escuela después que algunos varios de mi edad, como sé estás consciente. Estuve más tiempo del necesario estudiando, aunque tal vez fue justo el que debía, ya lo dirá la vida. Como haya sido, fue un viaje bien maravilloso, dolorosísimo a ratos, muy divertido, lleno de emociones. Fui mi yo más auténtico, más proveniente de las tripas. Por eso me conociste como nadie me conoce ni me conocerá nunca. Y sorprendentemente me quieres.
Me costó muchas lágrimas y estuve a nada de dejarlo más de un vez, sabes de lo que hablo. Sabes porque esa temporada me eres tú. Y ahora ya acabé. Ya acabamos.
Gracias por estar siempre. Por celebrar su fin conmigo. Igual hubieramos llegado, pero mejor que lo hicimos después de tan hermoso y trágico camino.
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