Tanto desmadre con Salvador Cabañas me parece que ha suscitado un fenómeno bastante interesante. Y es que independientemente del contenido, la forma en que se le brindó información al público fue muy sintomática del periodismo hecho en México.
Desafortunadamente para los culpables pero digno de felicitaciones para los exigentes lectores, quedó en evidencia la manera en que se reportan las noticias: sin doble revisión de fuentes, con prisa, sin responsabilidad; como negocio y no como el maravilloso arte de informar.
Es práctica común tener dos portadas antes de que un partido termine o que un candidato gane una elección. Pero tener una nota preparada sobre la muerte de un hombre (sea quien sea) cruza todas las líneas posibles de ética y de humanidad. Peor tantito si se te escapa y la publicas...cuando no era cierto.
¿Cuántas veces cositas como ésta pasan desapercibidas porque la noticia no tiene todas las miradas encima? Ahora todo el mundo brincó porque el golden boy del América si es un notición, pero ¿si fuera un civil común y corriente? No pasaría a mayores. Ojalá con esta experiencia el público mexicano sea más exigente con su prensa, porque igual que "cada pueblo tiene el gobierno que se merece", cada pueblo tiene los medios noticiosos que exige.
Por otro lado, la prensa deportiva se vio beneficiada para quienes supieron aprovechar la oportunidad. Tantísima atención es un riesgo enorme y una exposición maravillosa.
Normalmente las noticias escandalosas que pertenecen a la prensa especializada, están relacionadas con espectáculos. No es tan común que la prensa deportiva goce de mayor exposición que su público acostumbrado. Esta vez la audiencia se volcó en ESPN, Televisa Deportes, Fox Sports, El Record etc. (además que aprendimos que hay muchos más programas y publicaciones dedicadas al tema de lo que imaginábamos) para su daily dose de Chavita Cabañas. Y es que no era para menos, si hay que recurrir a los expertos para tener la mejor información.
Para quienes lo hicieron bien, esta temporada les representa una nueva oportunidad de impulso mayúsculo. Para quienes no, puede costarles la credibilidad y la mala primera y última impresión de un público que pudieron haberse ganado. Ya se verá lo anterior reflejado en las plumas, figuras, finanzas y tirajes respectivos. Aunque seguramente más de un despistado ya perdió la chamba.
Los dejo pensando en esto en lo que les hago otra bonita entrada.
Un beso esférico.
Bye.
PS. El paraguayo ya se despertó y le dijo a su papá que va a jugar el mundial. Now THAT would be amazing.